Lograr que en la actualidad ROS sea un referente en el sector cárnico, sinónimo de calidad, buen servicio y precios competitivos, no ha sido un camino fácil, pero tampoco ha requerido de una complicada estrategia de marketing.

José ROS fundó Carnes Ros en 1968, era en ese momento un experimentado camionero, tanto de muebles como de áridos, pero recordaba bien su infancia desarrollando trabajos como pastor de ganado. Sumó ambos conocimientos para montar su primera carnicería en la calle Colón, 21 de Benicarló. Tras el mostrador, su esposa Genoveba Bodí que aportó su conocimiento en la elaboración de embutidos artesanos y José, con el camión, para buscar el mejor ganado, las mejores piezas y, tras sacrificarlas en matadero, servirlas posteriormente a sus clientes de hostelería.

 

Pronto se sumaron al negocio familiar los dos hijos mayores, Pepe y Mariano. Madrugaban mucho para ayudar a su padre en los viajes al matadero, cargando y descargando género y acudir luego puntuales al colegio. No fue una etapa fácil, pero ambos, casi sin saberlo, estaban adquiriendo valiosos conocimientos de este oficio.

Tan sólo un par de años más tarde y el negocio comienza a funcionar bien, José Ros cambia el camión por una más versátil camioneta Saba, Pepe y Mariano, con 15 y 13 años, acompañan ya a su padre en los repartos que se amplían hasta la provincia de Teruel y crecen también hacia el sur, hasta la provincia de Granada. Y abren un nuevo puesto en el Mercado Municipal de Benicarló y otra carnicería en la calle San Francisco de la misma ciudad. Se amplía entonces la plantilla y la flota de vehículos.

 

En 1978 comienza una fuerte expansión de puntos de venta, adquieren vehículos frigoríficos y abren nuevas carnicerías en Vinaròs y Peñíscola, también construyen una cámara frigorífica en la calle Alcalá de Benicarló.

En 1979 José ROS se retira a hacer lo que más le gusta, la cría de ganado. En Torreblanca compra una finca en la que cría una punta de toros y vacas bravos, mientras su esposa Genoveba continúa tras el mostrador de su principal carnicería y haciendo lo que siempre ha hecho mejor: unos excelentes embutidos artesanos. Mariano ROS toma las riendas del negocio con apenas 19 años, recién casado, y con un fino olfato para los negocios. Le acompañan su hermano Pepe y el resto de sus hermanos, Geno, Sole y Juan también lo hacen en algunos momentos, más tarde se incorpora también el menor, Baldo.

Nuevas carnicerías en Alcossebre, Peñíscola, Vinaròs… En 1987 abren el departamento logístico en el Polígono Mercat d’Abastos, fábrica de embutidos y elaborados, sala de despiece, almacén frigorífico, ROS se hace ya con un nombre respetado, proveedores solventes y una sólida cartera de clientes satisfechos.

En los 90, la proliferación de grandes marcas de supermercados hacen tambalear, o desaparecer, a los pequeños comercios minoristas. ROS subsiste aplicando la misma fórmula de hoy en día: trabajo serio y constante y un nivel incuestionable de calidad en sus productos.

En la actualidad una flota de modernas camionetas frigoríficas se ocupan del reparto. Las mejores carnes, escogidas directamente en las más reconocidas lonjas, llegan hoy a hoteles, restaurantes, caterings, carnicerías, colegios, Continúan elaborando embutidos artesanos, muy reconocibles por su sabor. Han abierto, en 2011, un moderno y práctico cash&carry que acerca todos sus productos de siempre al ama de casa de cada día, respetando la calidad y los precios de mayorista.

Han incorporado otros productos como bodega, congelados, aceites… para facilitar aún más la cesta de la compra. Y han logrado, en resumen, que ROS sea el nombre de la carne. Ahora ya saben por qué.

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